Renault Latitude



Todos los turismos que actualmente hay en el mercado y cuya longitud sea parecida a la del Latitude son más caros; algunos que son ligeramente menores, como el Ford Mondeo Sedán (4,85 m), son un poco menos costosos.

El Latitude está disponible con motores más bien potentes: uno de gasolina de 140 CV y tres Diesel de 150, 173 y 241 CV.



Precio del seguro y otros detalles
El Latitude se comercializó inicialmente en Corea del Sur como Renault Samsung SM5 (más información).

Hemos calculado la póliza con los siguientes parámetros: conductor casado de 57 años con carné desde hace más de 35 años y seis sin siniestros, que realice hasta 20.000 km anuales, utilice el coche a diario, estaciones en un garaje colectivo y resida en Lugo. En nuestro comparador de seguros se puede realizar un cálculo personalizado.

Impresiones sobre el espacio destinado a los ocupantes
En términos generales se puede decir que el habitáculo del Renault Latitude es adecuado para cuatro ocupantes altos, si bien no es especialmente espacioso teniendo en cuenta sus 4,89 metros de longitud. Eso se puede comprobar en esta tabla, donde en la mayor parte de las mediciones aparece en una posición intermedia y eso que la práctica totalidad de los coches comparados son de menor tamaño exterior.



La mayor carencia es que hay poco espacio en las plazas traseras para tres adultos; un Ford Mondeo o un Mazda 6 tienen unos 4 o 5 centímetros más de anchura.

Puesto de conducción

Sólo el asiento del conductor puede tener función de masaje. Funciona con una serie de cojines de aire (imagen) que se hinchan y se deshinchan en función de dos programas a elegir (continuo o aleatorio) y dos intensidades (suave o enérgica). Según Renault actúan sobre tres zonas del tronco: omóplatos, centro de la espalda y lumbares. Los mandos para manejar esta función masaje y la calefacción del asiento se encuentran a la izquierda de la banqueta (imagen).
Cuando no se utiliza la función masaje es posible controlar independientemente cada uno de los cojines hinchables. Me ha gustado mucho esta posibilidad porque cada conductor puede ajustar el contorno del respaldo a sus gustos y a la forma de su espalda.
Me parece que Renault ha resuelto muy bien el manejo de la radio, el navegador o el teléfono pues el conductor casi no tiene que recurrir a los mandos de la consola —quizá algo confusos y quizá algo alejados del campo de visión (imagen)— sino que lo puede hace desde un mando unido a la columna de dirección. Se alcanza sin soltar las manos del volante. Su manejo requiere cierto periodo de adaptación, pero una vez acostumbrados es muy cómodo.
Equipamiento: Navegador, acceso y arranque si llaves y sistema de climatización


El sistema de climatización me ha parecido muy bueno porque, al menos con tiempo caluroso, es capaz de mantener constante la temperatura del habitáculo sin hacer mucho ruido ni crear corrientes molestas. Como en otros modelos de Renault, tiene tres programas automáticos de funcionamiento «suave», «medio» y «fuerte». En el modo «suave» tarda más en enfriar o calentar el habitáculo pero es muy poco ruidoso; en el modo «fuerte» es más eficaz y se escucha más el ruido de lo ventiladores.




Las fragancias de serie («Blue Ocean» y «Mango») pueden ser reemplazadas o combinadas con otras cuatro («Red Berries», «Green Nature», «Herbal Tea», y «Precious Flowers»). Se puede elegir entre tres intensidades y es posible programar la periodicidad de la difusión por el habitáculo.
Maletero
Tiene una capacidad de 477 litros —511 litros en aquellos mercados donde el Latitude no lleva rueda de repuesto; en España, todas las versiones llevan una rueda de repuesto del mismo tamaño que las otras cuatro (imagen), con llanta de aleación de igual diseño—.


El Renault Latitude tiene cualidades muy satisfactorias si se desea un vehículo para viajar con comodidad: es silencioso, rueda con suavidad y tiene una suspensión que aísla normalmente bien a los ocupantes de las irregularidades.
Que sea silencioso se debe en gran medida a que el funcionamiento de sus motores Diesel —no hemos probado el de gasolina— se percibe poco en el interior tanto a baja velocidad como circulando deprisa, se acelere mucho o poco. Tampoco vibran sensiblemente ni transmiten asperezas claras al volante o pedales.
Por el confort de suspensión, el Latitude está en un lugar intermedio entre los más cómodos, como un Citroën C5, y los que más dejan sentir a los ocupantes el estado del piso, como por ejemplo un SEAT Exeo con la suspensión deportiva opcional.
Puede que el Latitude no sea especialmente satisfactorio para los usuarios que disfruten de la conducción. Aunque es ágil de reacciones no tiene buen tacto de dirección y su trayectoria depende más de lo normal del estado del piso: si pasa por encima de un bache —especialmente de esos que sacuden las ruedas con gran rapidez— mientras está apoyado en una curva, tiene más tendencia a descolocarse que —por ejemplo— un Citroën C5, un Peugeot 508 o un Renault Laguna. Cuando el piso está en muy buen estado las diferencias se reducen.
DCI 150 CV
Según nuestras mediciones de aceleración (que las hacemos llevando el motor hasta un régimen muy alto), hay unos cuantos modelos de potencia parecida que aceleran algo mejor que el Latitude Diesel de 150 CV (tabla comparativa). En todo caso, las diferencias no son grandes y por lo tanto no creo que influyan mucho en la velocidad media con la que se puede realizar un viaje.
Donde más se descuelga el Latitude dCi de la competencia es cuando se acelera en marchas largas —especialmente en sexta velocidad— y con el motor funcionando a un régimen muy bajo. Esa falta de respuesta en la marcha más larga se ha reflejado en nuestra medición de recuperación en sexta de 80 a 120 km/h en la que ha necesitado 17,2 segundos, que es mucho. En un uso cotidiano se nota en que es más habitual de lo normal tener que reducir a quinta para recuperar velocidad, por ejemplo, cuando se aparta un vehículo lento al carril derecho o cuando se necesita ganar velocidad en una pendiente pronunciada de autopista.
No acelera poco en sexta porque el motor tenga poca fuerza a bajo régimen sino porque tiene que mover un desarrollo muy largo; según nuestras mediciones el Laguna con el mismo motor —que tiene un desarrollo en sexta más corto — es claramente más rápido.
Al menos en nuestra unidad, para el cálculo de consumo había que tener en cuenta que el ordenador marcaba un 5% por exceso —es muy raro que el indicador de consumo de un coche marque de más; normalmente ocurre lo contrario—. Aun teniendo en cuenta ese error, el consumo del Latitude 2.0 dCi de 150 CV no es bajo ya que aunque hay modelos de similares características que gastan más, hay muchos que consumen menos. En nuestro recorrido habitual de consumo de 143 km por una autovía con desniveles y buscando una media real de 120 km/h ha consumido 6,6 l/100 km —el ordenador indicaba 6,9 l/100 km—. Como el depósito es grande (70 l), aunque el consumo no sea bajo, las paradas a repostar no son frecuentes.
A continuación hay una tabla comparativa de consumo donde aparece el Renault Latitude y otros coches parecidos:
V6 DCI de 241 CV
A continuación están las impresiones de mi compañero Jaime Arruz sobre el Latitude motor Diesel de 241 CV, que probó en la presentación de este modelo:
«El motor Diesel más potente es recomendable especialmente por dos variables: suavidad de funcionamiento y capacidad de aceleración. Es un motor que apenas produce ruido, acelera progresivamente pero con rapidez y que hace que sea posible realizar adelantamientos en carreteras de doble sentido en poco espacio y, por tanto, con seguridad. El único inconveniente de esta versión del Latitude es que tarda unos segundos en comenzar a acelerar con decisión desde que se pisa el pedal.
Este motor va asociado a una caja de cambios automática de seis relaciones que no pasa de una marcha a otra con rapidez pero sí funciona con gran suavidad. Se puede manejar de modo manual dando toques adelante y atrás sobre la palanca (imagen de esta palanca).
Tiene un consumo medio homologado de 7,2 l/100 km. Es una cifra normal para su potencia, mayor que el de un Mercedes-Benz Clase E e inferior al de un Citroën C6, ambos con motores Diesel de 231 a 241 CV.
Durante la presentación internacional, en un recorrido de 98 km/h a una media de 64 km/h a ritmo tranquilo pero con algunas fuertes aceleraciones en carreteras de curvas, gastó 8,2 l/100 km según el ordenador de viaje».
No hay comentarios:
Publicar un comentario